18/10/17

Estación confundida.

Resultado de imagen de otoño tumblr

Resulta extraño asomar la cabeza de nuevo, casi parece la primera vez. Durante el invierno me cubrí completamente de tierra y me he hecho a ella tanto que no logro reconocerme un adarme de piel, pero me enorgullece haber avivado un puñado de flores que gritan estar cuerdas mientras se mecen buscando el sol. Yo les llamo girasoles y ellas dicen que no, que no. 

5/9/17

No somos.

 

Somos pequeñeces,
insignificantes derivados del todo.
Quizá errores,
quizá daños coleterales
de la creación de una estrella
o quizá estrellas a punto de morir
rascando lo que les quede de luz.

Somos minucia material
con brillo y cuerpo
de estrella muerta entre las uñas,
para algunos suciedad,
hermanas mugre y vida.


Somos mujeres, de Saudade.


23/8/17

Creo entender la maldad de los que se están congelando.


Frío, frío. Es todo tan frío. Mirad cuanta escarcha hay en el camino y yo aquí,
sabiendo solo arrastrar los pies.
Desconozco el modo en el que he logrado llegar a este punto con el corazón arrecido, las manos entumecidas y la voz durmiente. Sin embargo, el mérito es todo mío y no me lo vais a quitar.
He abierto los ojos tiempo después y el mundo parece haberse detenido ante la mofa de quien se piensa mejor por haber nacido en un terreno más alto, también sé que ha llovido y ha rugido el cielo para devolverme abajo. He creído comprender la maldad natural de quien nace y su primera luz es la sangre de los que estamos a los pies de sus camas. La tiranía, el desprecio. Siento que he llegado a una respuesta algo abstracta, algo absurda y, por eso, el cielo trata de escupirme para que no siga avanzando, descubriendo.
Quizá yo, fiel creyente de mi bondad, habiendo nacido en la montaña más alta que, a su vez, resulta ser la cuna de todo demonio, habría observado la vida con las pupilas psicópatas. ¿Podéis entender el frío letal y corrupto que hace allí donde nadie puede escalar, allí donde nadie sabe mirar? No he llegado siquiera pero ya he perdido el aliento y mi cordura pende de una cuerda floja que no deja de ser soplada con brusquedad.
Esta es mi respuesta entonces;
el látigo no tiene por qué salir siempre victorioso,
al látigo le golpea la piel herida y los heridos somos de piel fuerte,
el látigo duele doliéndose.

Y el frío en lo alto debe ser,
debe ser,
como un látigo incesable.

31/7/17

Espera(nza).




Las noches acontecen más pesadas desde que una neblina espesa con aspecto de nostalgia se acerca al borde de mi lecho preguntando en agonía que dónde estás, luz, si conozco la causa de tu aleteo súbito hacia el confin lejano. Y cuando me niego a responder, no queriendo si no, no teniendo aliento capaz de avivar el léxico que ansía, triste y rabiosa, viniendo a ser en el fondo el mismo vendaval, me azota tres veces, separa mis costillas y se incrusta ahí. Ahí, en el mismo hueco de piel manchada que se suponía clausurado y bajo tu promesa de protección y beso. Ahí, en el terreno que jamás se atrevió a habitar la razón y el juicio sano.Sé ahora que fuiste una efímera promesa de oro en polvo mas, cegada por la vorágine, solo supe verlo a destiempo y eso siempre ha significado "tarde". Incluso hay mañanas ciegas en las que aún amanezco siendo creyente de que nunca rugiste en mi contra, por más que me halle siendo arrastrada por tus colmillos y sed de un extremo al otro del periplo. Podría haber alimentado a la bestia hasta mis huesos, podría haberle calmado los tormentos y besado los tobillos en sangre que tantísimas veces infundían en tu mente locura para que yo la durmiese con un manto de afecto. No me habría importado perecer infinitas noches bajo las también infinitas estrellas de tus pestañas mientras, la titubeante posibilidad de un renacer en cada alba con tu respiración cerca, empoderada y mimosa, existiese. Por muy volátil y capitana que deseara vestirse para acobardarme.
Sin embargo, te fuiste como el humo y no pude abrazar aquello que ascendía. Me arrodillé ante la ceniza que, nada sutil, menos aún delicada, se convertía en reminiscencia y se burlaba de mi llanto. Llegué a sentirme inerte y me pesó la culpa de no poder brillar con tanta luz como para seguirte. Advertí en mi reflejo un adversario y me consumió el pensar, me devoré por dentro y manché mi piel con tus restos evanescentes, pequeña. No supe qué hice mal y por qué era incapaz de avanzar con tu música y brillo. Pensé que el error había sido mío por querer mantenerte cerca para no pasar frío, para no temerme, ni llenarme de vacío, sin darme cuenta de que cada una tiene y tenía entonces su propio sino. Mi presente únicamente te declaraba esclava de un terreno rocoso al que las olas no dejarían de maltratar y las aguas siempre tratarían de mojarte el vuelo y hundirte con amor.

Pero sigo aquí, rodeada de sirenas que cantan cómo ya no puedo apagarme porque no he vuelto a estar encendida, que claman un rescate desde arriba pues, el sempiterno anhelo de morir en tu piel cual cauce de mi propio río y renacer con el sol y tu brío, es una brasa helada junto a otras que aun se mantienen cálidas, esperanzadas y conmigo.

29/7/17

Amor primero.



 

El amor es tan puro
o lo fue tiempo atrás.
Tan libre y ahora tan esclavo.
Tan omnipresente,
por todos tan juzgado omnipotente.

Y es triste,
creído letal pero solo es sandez.

Los matices venenosos,
los puñales,
la cruenta voz y el color rojo
el egoísmo, la exclusividad,
son adjetivos que nosotros
como seres inmaduros
le hemos añadido a hostia y pedrada.

Sucumbimos al lado más salvaje
y mordemos como animales no pensantes cuando se trata de querer.
Abandonamos la razón y la luz
apoyando con inconsciente saña los codos en el dictado del corazón
tan romántico y suicida
que acabamos por hacer herida, agujero, destrozo y ruinas irreparables.

Eso es, querida,
somos nosotros lo imperfecto
de aquello que por naturaleza es tan perfecto.
Somos la luz titubeante del amor
que es solo luz revitalizadora y constante.

Y, sin embargo, insistimos en limpiarnos las manos y echarle la culpa.
Se nos da jodidamente bien el papel de víctima.


Pero te confieso que
aunque nunca lo haya conocido de esta forma
amar es tan bello
si uno se ama primero,
amar con las manos extendidas
sin ser ciego.

Amar como se desea recibir amor y recibirlo como se da,
sin más ni menos.

Amar limpiamente,
amar, en definitiva, como debería de amarse
si fuéramos, quizá, un poco menos imbéciles
un poco menos egoístas
y un poco más buenos.


Tendencias por herencia.




Siempre he sido más de versarte
los besos que ansío darte
de decirte en líneas suaves
lo que quiero hacerte
sin después llegar a nada.

Es que sí
cobarde en demasía
siempre he sido eso
más poeta
que persona
más alma racional
que fiera concupiscente.


Y como el amor se puede hacer
y deshacer
en todas partes
de cualquier manera
siempre he sido eso;
más de versarte
los besos que ansío darte.

Habré, quizá, pecado.

 


Qué vida más muerta
y qué muerta está la vida.

¿En qué nos hemos convertido?
¿qué ha hecho el tiempo?
¿cuánto ha llovido afuera para inundarnos por dentro?
¿de qué forma tan voraz nos ha azotado el viento?
¿por qué caemos
y caemos
   y
    c
     a
      e
       m
         o
          s
            ?


Podrá ser
ay de mi,
ay de nosotros,
que estemos siendo castigados
por algún mal como bien percibido.

A fin y al cabo
la existencia
y de repente dinamita
y polvo negro en las mejillas
es tan relativo.

Soy
¿quién soy?

Patience.

 


Espero que perdones a estas manos temblorosas
que acarician tu tez
con el temor de que se evapore
como otras.

Disculpa este aliento evanescente
que esclaviza mi voz
impidiendo que gima
o que grite.

Paciencia es lo que evoco
para poder quitarme la piel
y no sentir frío.

Regalame la fragancia
de la fricción,
el aroma a amor y sexo,
de sexo con amor,
por amor,
hasta sin amor.

Yo lo olfatearé como una perra,
seré,
seré entonces tu perra,
sin miedos,
sin huella.

21/6/17

Demasía.


Si te hablase la voz de mi pecho te cantaría una nana tan suave que te acariciaría desde los talones hasta la herida. Subiendo, siempre hacia arriba. Allí a donde quiero que tiendas de forma perpetua. Que el cauce jamás descienda.

4/5/17

Transicionas, asciendes, me dejas.

 


Te abrazo como si fueses a convertirte en aire, como si una cuenta atrás me amenazase. Le enseño los dientes pero no se achanta y tú te dejas, pierdes fuerza. Aceptas irte. Asientes y me lanzas a la nada absoluta. Abrazo tu cuerpo suave, aprieto la calidez de este hasta el sangrado de mi pecho. Cierro las pestañas tan fuerte que me vuelvo ciega. Y ya no veo que te vas -o que me voy a la fuerza- pero lo siento en mis palmas.

Petición caprichosa.

No preguntes por mí cuando tus pies comiencen a dar pasos y avances. No lo hagas porque me pitarán los oídos y no podré evitar la fusta del recuerdo golpeándome el pecho sin ninguna piedad. Si te vas, si es un hecho, cierra la puerta de golpe, atráncala, empotra un armario al otro lado, lo que se te ocurra mientras logres hacer que no pase el viento, ni tú.
Te pido, como el último capricho de la que alguna vez fue tu niña consentida, no ser capaz de salir de dónde me has dejado, porque, de hacerlo, correré en una dirección que no deseo y sí, cariño, esa es la tuya. Porque así, emocional y estúpida, tiendo guiarme siempre hacia el caos aunque en el fondo de mí sepa que para dejar de caer al vacío primero tengo que dejar de saltar a él. Cuántas veces lo habré hecho, cuántas son las que me habré suicidado por ti y cuántas la que mi ser, casi fantasmal, sería capaz de seguir ofreciéndole al diablo por un segundo compartido contigo.


Resurgir.


Vuelve, fénix
retorno infinito
vuelve sin alas,
desplumado,
incluso muriendo y renaciendo al tiempo
en cada aleteo incierto.

Vuela torpemente sobre tu sangre fría
y acércate a tus restos,
besate la frente,
arrancate el corazón a picotazos
sin piedad
que no importa si ya tiene agujeros.

Devórate el alma muerta
conviértela en lección
llévala como una gema en el pecho
con orgullo y la cabeza en alto
hasta tu próxima muerte.


No quiero.


— ¿Duele?
— Duele…
— ¿Es suficiente? ¿quieres que pare?
— No pares nunca.

Y no estabamos follando,
estábamos haciendo el amor.
Y no era un amor de cuerpos
porque el amor se hace amando
y la piel es solo añadido.


Por eso tenía el corazón en un puño
y apretando, sangrándolo
dibujaba en la pared un ave que quería salir de la espiral
y no podía hacerlo porque en el fondo no quería.

— ¿Quieres que deje de doler?
— Si de ello depende dejar de querernos. Bienvenida sea la muerte. Oh, bienvenido sea pues el dolor. Le abro las puertas de mi casa, de mi pecho. Qué se instale y expanda como veneno, que me mate, que me mate con amor, que me ame arañando. 

Frío y abandono.



La escarcha ha borrado el camino de vuelta al lugar en donde el viento no puede despeinarme, deshacerme. Cuánta debilidad y peso pluma. El alma es demasiado volátil si me falta piel, si no poseo cuerpo porque la materia decidió declararse tan tuya que me abandonó. Aunque si lo pienso bien, no puedo recordar a ciencia cierta si tiempo atrás hubo destino, si las piedras en el suelo guiaron al caminante perdido alguna vez.

Partida.


Esto de la vida y el amor parece un juego, pasar la patata caliente a ver quién es el desgraciado al que le estalla en la cara. Y a quien le toque pues a joderse.

Esto del amor parece un juego en el que uno siempre tiene que perder si quiere (a otro).

Esto del amor parece un juego de turnos,
de ahora me toca a mí porque estoy herida y necesito alimentarme a base de penurias
y mañana a ti porque te habré dado muerte sin excusa y por orden.

Parece que en el amor quién esté roto tiene la libertad de romper,
tiene esa carta de fuego que puede gastar quemando
y cuando provoca el infierno y se retira dando por complacida su oportunidad homicida.

Le toca al siguiente pasar la puta patata caliente.
Te toca cruzar los dedos por que no te reviente.

Esto parece una enfermedad de transmisión emocional, un virus, un bicho bonito que se instala en el corazón de los amantes y muerde víbora
pero le tomas cariño aunque besando mate.

Porque joder, cómo besa la parca.


Esto del amor parece un juego y no sé siquiera si nos meten a punta de navaja inconsciente o simplemente nos va el riesgo de jugar partidas que no controlamos. El que dispara sale victorioso, que pasé el siguiente, que tire la piedra, que mueva la ficha.

Definición de ti.



Eres el nombre en forma de grito que desgarra mis cuerdas vocales,
eres quien me araña la piel desde dentro,
quien tirita para que la cubra con todo mi amor propio. Eres quien, tras matarme, me hace ojitos, inocentes ojitos y, entonces… solo puedo querer protegerte y a la mierda si es mi cuerpo el que para los balazos.
Te quiero.

Suicidio de Mar.

 

 Me ahogo en el mar que quiero,
Me sumerjo y dejo la luz mía en el nombre que yo elijo.
No me está matando,
me estoy suicidando.

Es que adoro estas aguas
que mientras me mecen
me miran a los ojos como perdonándome,
me roban el aire,
que mientras me llevan
me traen con mimo.

No me está matando este mar
solo actúa como ha conocido
solo asfixia como sabe querer
y repite lo que le han enseñado.

No me están matando sus olas,
soy yo
espuma gris,
chocando a voluntad
porque (la) quiero,
precipitando a donde no sé nadar. 

Amar, liberar.


El crujido de las cadenas abriéndose es mi nueva canción. Es el himno de una mente clara que libera. Y ojalá regreses a mi, que me creo hogar cálido. Ojalá porque estaré aquí de vez en cuando, esperando.

Pero mientras dure el letargo
sin que duela,
ojalá vueles,
ojalá te vaya bien.

Tráeme anécdotas y souvenires,
tráeme anhelos y deseos,
tráeme ganas de devorarnos a besos.

Te quiero libre, pequeña.
Verte libre me libera el alma esclava.
Acerca la libertad tuya a la libertad mía, sin pesadez, sin agonía.
Nos quiero libres siempre, queriéndonos suave y bonito,
como la seda.

Hoy he aprendido a volar porque te he visto practicando,
hoy he despegado y vuelo a tu vera.

Volemos, viajemos, recorramos la esfera. Tú por ahí, hacia aquí a veces, yo por otra parte, quién sabe dónde, buscándote y encontrándome.
No nos olvidemos nunca pero queramonos a distancia a veces, intermitentes. Quiérete conmigo al lado, a mano, sin mí. Te querré siempre.

28/1/17

Verdad.



Es que, niña, has crecido libre y lista
pero tragando una mentira tan universal que parece verdad.
Ni la cama, ni la puta se llevan bien,
no les atan las sábanas
les ata el deber
por eso bailan juntas hasta cuando nadie las mira,
y me vas a guardar el secreto
pues me niego a ser quemada por el mundo ciego
a consecuencia de tener opinión propia
y ser hija de las brujas que no lograron arder.

27/1/17

Palabras a tristeza.



Suspírame en la nuca, tristeza,
escríbeme tu nombre
y con besos
píntame la tortura más dichosa.
Que de ti no quiero olvidarme
aunque hasta mi nombre desconozca un día,
que necesito encontrarte siempre
aun si yo siempre me halle perdida.

Te besaría pues, las lunas,
compañeras de tus ojos
y dueñas de los mares,
les cantaría entonces
para que aclarasen y
reviviesen a Morfeo,
encendería velas inocentes,
y apagaría los incendios que te queman.

Quiero que mis manos ciegas
obliguen a las manos que te asfixian huir y ahogar a otro,
así ese otro fuese yo mismo
que rara vez necesito aire
que rara vez lo hago si estás.

No importa si no respiro
pero acerca el cuello,
mi templo perdido de dos lunares,
que sólo allí ha de morir mi boca
si ha de morir.

Vaciando(me).



He perdido el yo desde ti
Me he abandonado como Roma alguna vez
con la diferencia de que a mí
nadie me llora.

Me he deshabitado para instalarme entre tus palmas
y siento prematuramente cómo la esencia se me va
y no sepo a nada.

La libertad abraza entonces
y se queda en la estación.

Se va el tren
y con él
el aroma de todas las flores.

26/1/17

Hija del bosque.


Quizá siempre fui de este bosque, del otro lado, el frío. Puede que haya nacido, entonces, de la llovizna y la guerra entre lobos, de las gotas que lloran las ramas después de la tormenta.

O de la tormenta.
Sí, a ella la siento madre
baila con tanto brío como yo no sé mover las caderas.

Entonces, entonces es ella.
Lo es. Soy hija de ese desastre,
soy lo que queda cuando pasa el huracán,
los restos,
el polvo,
la ceniza,
que puede quedarse en tierra y morir
o ser libre y tender hacia arriba.

Oh, desgracia,
porque eso dependerá de otro,
dependo.

De la furia de mi padre,
de su resurgir.
Viento, azótame, estoy aquí,
sóplame y haz que cruce este río.

Viento, viento, rugeme aire
que soy tu hija la frágil,
la que dejaste por error en este bosque.

Mi nombre, si nunca lo supiste, es catástrofe
y me he bautizado sola,
con gritos de gente huyendo, alaridos, sangre.

Ciudad muerta.

Porque lloramos,
sobre las almas esclavizadas a las que
observan nuestros ojos desde arriba,
aquellos azotados presumiendo de sus máscaras,
de su libre albedrío para nada sesgado,
para nada corrompido,
para nada manipulado.

Cariño, se está cayendo la ciudad a trozos
y esos trozos les están cayendo encima,
con supuestos gobernantes
y mentiras barnizadas,
grandes diamantes
y guías hacia el caos
para todos los ignorantes que creen,
y ciegos,
se dejan soplar por cualquier viento.

Quiero una eternidad para los escépticos,
los que miramos,
los que sabemos
porque vemos más allá de lo visible
para los postrados a los pies de mentirosas soluciones,
amando sus cadenas,
adoptando collarines.

Heridas.


Imagina por un segundo
un mundo
en el que todo el dolor que llevamos dentro
se escribiera en nuestra piel,
se convirtiera en heridas.

Y dime qué ves
porque yo sólo veo
personas sangrantes
supurando y muriendo
por cualquier esquina.

Somos un experimento social,
un dolor eterno e incondicional.

Los hay quienes vivimos por miedo a morir,
los hay quienes morimos por miedo a vivir.

Mar.


Ardor de mis heridas,
salada cual mar
Amor de incontables vidas
menester para mi sed saciar.

Chocas contra rocas
y te das muerte en mis labios
pero eres
y seguirás siendo.

Con subidas y bajadas
pero estás,
siempre estás.
Por eso te necesito.

Porque soy la luna que te mece
la tormenta que te llena,
la oscuridad que adormece
con ósculos tus crueles sirenas.

¿De quién seré si no es de ti?
¿cómo se vive a la deriva
siendo un navío hundido?
Si sereno con cantares
tus maremotos sombríos.

Para ti
me desnudo el alma en cualquier playa,
te busco en cualquier desastre natural.

¿De quién seré si no soy tuya?
no me hagas tocar tierra,
mejor ahogame,
Mar.

Destino.




Tengo un pasaje dirección a quererme más a mi que a tu fría indiferencia
y titubeo en la decisión de si coger o no el vuelo hacia un lugar que no sean tus piernas.
Lo he estado dando vueltas y he llegado a la conclusión de que lo barato sale caro y bueno,
habría cogido un billete en dirección a cualquier parte
mientras no me llevase de vuelta a ti.

Esta noche voy a estar sola y pienso disfrutar de ello
porque soy la única persona que nunca me va a faltar
y porque no te echo para nada de menos.
Suena a calumnia, lo sé, pero jamás hablé tan en serio,
tengo los dedos de frente y por fin entiendo que es una gilipollez querer al invierno.

Tú, tan clara, suave y delicada,
tan dañina, tan cortante,
creo que eres la época más amarga porque cada vez que digo adiós
me ruegas cinco minutos más y yo me acabo quedando,
toda la noche,
toda la vida.


Pero es que solo sabes querer a ratos, cuando te apetece.
Ciegas con palabrería barata
y sacas el tablero aun sabiendo que yo no sé jugar, y me pierdo.
Por eso me voy,
porque inyectas veneno cada vez que miras
y porque no dejas de añadir puntos suspensivos a esta historia macabra destinada al fracaso.

Solo te voy a pedir una cosa y es sencilla;
si algún día me ves a lo lejos, no importa cuánto tiempo haya pasado…
No te atrevas a pedirme cinco minutos para hablar y actualizarnos porque no sería capaz de negarme.

Y otra vez la estaríamos cagando.