26/1/17

Hija del bosque.


Quizá siempre fui de este bosque, del otro lado, el frío. Puede que haya nacido, entonces, de la llovizna y la guerra entre lobos, de las gotas que lloran las ramas después de la tormenta.

O de la tormenta.
Sí, a ella la siento madre
baila con tanto brío como yo no sé mover las caderas.

Entonces, entonces es ella.
Lo es. Soy hija de ese desastre,
soy lo que queda cuando pasa el huracán,
los restos,
el polvo,
la ceniza,
que puede quedarse en tierra y morir
o ser libre y tender hacia arriba.

Oh, desgracia,
porque eso dependerá de otro,
dependo.

De la furia de mi padre,
de su resurgir.
Viento, azótame, estoy aquí,
sóplame y haz que cruce este río.

Viento, viento, rugeme aire
que soy tu hija la frágil,
la que dejaste por error en este bosque.

Mi nombre, si nunca lo supiste, es catástrofe
y me he bautizado sola,
con gritos de gente huyendo, alaridos, sangre.

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