14/1/19

Cuerda ardiendo.

Estoy harta de aguantar la corriente
y la cuerda que,
despellejada por el tiempo,
rasca más en las palmas.

Este verso,
si puede bautizarse así,
rebosa rabia y advierte desbordar
colmado por tus gotas.

Nadie acogería mis entrañas como poema,
pero me importa poco.
Nadie me mecería para dormir
como un bebé despavorido,
pero mantengo la armonía en el insomnio conmigo.



Me desgasta la piel sujetar la cuerda sola y loca,
fingiendo que mis manos también son las tuyas
y reconociéndome errada cuando tiemblan más.

Me desgasta el miedo de que, al debilitarme,
caiga el templo que construimos y llore Grecia
piedras sobre mi cuerpo.

Debería respirar sosiego
y ser capaz de dejar los brazos exámines
porque alguna vez confié en ti más que en mí misma,
pero llevo muchos descosidos con los músculos alerta
y se han hecho tanto a la tensión
que no se percatan endurecidos.

Si te acaricio bruta,
en una bruta me has convertido.

Anhelo paz,
tan exhausta de guerra sin sangre,
tan quemada de que la suerte me diga burlesca que soy yo la que estoy echada
mientras ella tropieza de bar en bar sin culpa ni pecado
cuando es un gigante que hace que sienta
que me estoy equivocando
al levantarme de las vías del tren.

Recordemos que soy yo quien se está dejando el pellejo por mantenernos a flote
y es tu afecto esquivo e impasible el que nos sumerge sin compasión.

El agua me llega al cuello y,
con pasión,
salpica mi barbilla como queriendo besarme.
Ni siquiera me nacen branquias
mientras busco un salvavidas
que nos rescate del odio y del amor. 

Jamás he sido paciente,
mas abandonando renuncio
a aquello que fue tan bello,
que nos hizo tan felices.

Y es que,
aunque ansiosa,
siempre he sido masoquista y, por ello,
sigo durmiendo a los pies de tu cama.

1 comentario:

  1. wow me ha encantado, yo también subo cosillas a un blog pero no son tan guays :)

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